lunes, 12 de noviembre de 2012

Carta de Isaac Asimov



En la siguiente carta  queda más que evidenciada la calidad humana de Isaac Asimov. Esta dirigida  a  Ruth Hill Viguers,  editora  de The Horn Book Magazine, revista que  publicaba literatura para niños y adolescentes principalmente y para la que Asimov contribuyó con varias reseñas de libros. Fechada  el 28 de noviembre de 1964, el escritor con  45 años, acababa de  ganar  un Hugo, y  había logrado  varias ediciones de "Yo, Robot"  La breve carta es la siguiente:


Estimada Sra. Viguers:

Es muy amable de su parte incrementarme la paga una vez más. Como usted sabe, nunca he solicitado un aumento o siquiera insinuado tal […] en cualquier caso, sobre todo es un placer asociarme con la buena gente de la revista.

En consecuencia, espero que pueda asegurarme, por el bien de mi consciencia, que este incremento —de un pago original de $25 al presente de $65— no afecte seriamente el presupuesto de la revista, y, si resulta que la prosperidad general de la revista está creciendo, que otros compartan los beneficios y que yo no esté recibiendo un trato preferencial.

Quedo de usted,

[firma]

Asimov

Monsieur Verdoux (Charles Chaplin, 1947).- Fragmentos del guion




" Guerras, conflictos, todo es un negocio. Un asesino es un villano, el que mata a millones de personas es un héroe. Es la santificación de los números."

"¿No es la misma sociedad la que construye las armas con el único propósito de matar? ¿No se han utilizado estas para matar mujeres, incluso niños, de una forma en verdad científica? Como asesino de masas, no soy más que un simple aficionado. "

«Estoy en paz con Dios, mi conflicto es con el hombre»



Sarah Berhardt: La actriz, su método y otras rarezas

Retratada por Félix Nadar en 1864
 Para no pocos, la actriz francesa Sarah Bernhardt (1844-1923) ha sido durante mucho tiempo "la mejor actriz que los tiempos han conocido", y cuando menos hemos de reconocer que su nombre todavía continúa en el imaginario de todos, como un eco de algo que en realidad no hemos visto, pero que asumimos como cierto.

Aunque hizo algunas películas  en los primeros años del cine, su fama se debe principalmente al teatro, en cuyas tablas fue, por ejemplo, la primera actriz en representar tanto el papel de Hamlet como el de Ofelia, algo que hizo en más de una ocasión. Su vida es desde luego interesantísima y por dar algunas pinceladas diremos que fue la protectora de Alphonse Mucha, el cartelista checo, a quien encumbró con su decidido apoyo.
 
Algunos de los carteles que Alphonse Mucha dedicó a Sarah Bernhardt

 Era una persona comprometida en una época en el que la mujer era un tanto relegada en cuestiones de calado y así, su apoyo a Alfred Dreyfus, aquel militar que motivó el escrito "J'accuse" de Emile Zola, fue tan sólido como el del escritor aunque menos recordado. Se desnudaba ante la cámara de Nadar con el mismo desenfado que años después lo haría Marilyn para Playboy, solo que con varías décadas de antelación y en un entorno mucho menos favorable. A Brigitte Bardot le encantarían los animales, pero no paso de los perros, gatos y las pequeñas focas; la Bernhardt si llegó más lejos y llegó a tener como mascotas a un león, un tigre, un cocodrilo, y un mono, que como no, se llamaba Darwin. Siguiendo con las comparaciones, diremos de que antes de que se diera el boom de Drácula, con el Nosferatu de Fritz Lang o el primer Drácula de Tod Browning encarnado por Bela Lugosi, ella ya dormía de vez en cuando en una ataúd con el que se hizo más de una fotografía, imágenes que fueron muy populares en la época. Ni en eso pudo ser original el pobre Bela Lugosi en su postrera demencia.
Sarah Bernhardt en su famoso ataud
 Curiosamente este talento de la actuación sufrió durante toda su vida de miedo escénico y cuando tenía un estreno importante o se sentía especialmente presionada sufría de ataques de pánico en escena, que le provocaban una voz aguda y una visible agitación que afortunadamente le desaparecía tras unos minutos ante el público. A pesar de ello sus actuaciones era un verdadero acontecimiento. Se recuerda especialmente una escena de "La dama de las Camelias" en la que tenía que leer una carta y en la que toda la carga de la actuación recaía en sus gestos, dado que no tenía parlamento alguno durante la misma. La paleta de recursos que lucía durante la misma era tan apabullante y mereció tantos elogios que pronto fue interrogada por los periodistas sobre su método para conseguir tal despliegue y si en la carta que fingía leer había escrito algún texto que le sirviera de inspiración para mostrar ese semblante tan abatido y doloroso. Sarah lo negó y se limitó a decir:

"Solo pienso en una palabra mientras aparento leer la carta; es una palabra que pronuncio mentalmente durante todo el tiempo que naturalmente duraría la lectura del escrito; a esa palabra le doy todos los matices posibles, desde el más cómico al más dramático, pero sólo se trata de eso de una palabra"
Sarah fotografiada por Nadar en  1868
Y esas palabras no hicieron sino abrir más la curiosidad de todos ¿Cuál sería esa palabra mágica? Los periodistas no pararon de atosigarla con preguntas sobre la palabrita y tras muchas negativas, rodeos y evasivas, confesó:

"Voy a decirles de que palabra se trata; se trata de la palabra de Cambrone, así de sencillo: repito una y otra vez, la palabra merde"

No sé si Stanislawsky con su famoso método tendría en cuenta la palabrita a la hora de aleccionar a sus famosos alumnos, pero ahí queda.

Un día, ya muy mayor, la Reina María de Inglaterra le preguntó a Sarah la razón de que siguiera actuando, ella se limitó a contestar:

«Señora, ojalá muera en escena. ¡Es mi campo de batalla!».


 

Piotr Ilich Tchaikovski, por el mismo




"En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco"

“La amo como no he amado nunca a ninguna de mis composiciones… no exagero, toda mi alma está en esta sinfonía (la sexta sinfonía, “Patética”) “Al componerla me hizo derramar muchas lágrimas… es mi obra más sincera, puse toda mi alma en ella… No creo que esta obra sea bien recibida, su música está impregnada de un sentimiento que me hace pensar en un Réquiem”


"Permanecí dos semanas en Moscú con mi esposa. Fueron dos semanas de continua, absoluta e insoportable tortura moral. Caí en la desesperación. Deseé morir; me parecía la única salida. Empecé a vivir momentos de locura en los cuales mi mente se llenaba de un odio tan perverso hacia mi infortunada esposa, que la hubiese estrangulado."

"La naturaleza me ha equipado con un talento musical del que no reniego y estoy orgulloso, porque también le trae calma y placer a las personas."

"Nadie lee nada sobre mí en los periódicos de Rusia. Es una gran lástima. El público de mi patria debe saber que un músico ruso, con independencia de quien sea, ha llevado la bandera de su arte nativo con honor y distinción por los grandes centros europeos"

"Seguramente moriré como mi madre"

"La inspiración es un huésped que no visita voluntariamente al perezoso"

"El proceso creativo es como música que se enraiza con extraordinaria fuerza y rapidez"

"Necesito creer en mí una vez más, mi fe ha sido socavada."

"Me siento al piano a las nueve de la mañana y las señoritas musas han aprendido a estar a tiempo para cada cita."

"El componer pierde el carácter de trabajo totalmente, se convierte en beatitud pura."

«Mozart es el Cristo de la música».

El movimiento más melancólico de la Patética, sinfonía a la que hace referencia el compositor como su composición más amada. Dirigida por Furtwangler