martes, 13 de noviembre de 2012

"The Knack y la historia de una chica llamada "Sharona"





"My Sharona" es una canción de 1979, y fue el sencillo con el que hizo su debut la banda estadounidense de rock "The Knack". El tema fue escrito por Doug Fieger y Berton Averre y se convirtió en disco de oro en solo ocho semanas y llegó a auparse al numero uno de la lista Billboard Hot 100. La canción está construida a partir de un riff de guitarra escrito por el guitarrista de la banda Berton Averre, mucho antes de que éste se uniera a The Knack. Según cuenta el cantante y guitarrista Doug Fieger, este conoció a una chica llamada Sharona en una tienda de ropa (que por aquel entonces tendría 17 años) y se enamoró de ella, aunque esta parece que no le hizo mucho caso inicialmente. Ante el rechazo inicial, decidió escribirle la cancioncita con la ayuda del ritmazo ideado por Averre. La chica en la cual se inspiró la canción era Sharona Alperin (aparece en la portada del disco) y terminó siendo novia de Doug Fieger durante tres años y de camino vendieron varios millones de discos. Un flechazo altamente productivo. My Sharona sigue siendo una canción de ámbito popular, considerada como música de comienzos de los ochenta, y de género power pop. Para seros sinceros, no conozco ninguna otra canción de este grupo pero esta me encanta desde la primera nota y eso ya es suficiente para que esté por aquí. 
 

 

Michel Foucault.- Filosofía combativa



"Entiendo por humanismo el conjunto de discursos por medio de los cuales se le ha dicho al hombre occidental: si bien tú no ejerces el poder, puedes sin embargo ser soberano. Aún más, cuanto más renuncies a ejercer el poder y cuanto más sometido estés a lo que se te impone más serás soberano"

Objetivos concretos de su lucha cultural : "(...) Supresión de tabúes, de limitaciones y de separaciones sexuales, práctica de la existencia comunitaria; deshinibición respecto a la droga; ruptura de todas las prohibiciones y de todas las cadenas mediante las que se reconstruyen y se reconducen las experiencias que nuestra civilización ha rechazado o no ha admitido más que como elemento literario"

("Más allá del bien y del mal", en Microfísica del poder)

Hermann Hesse.- Confesiones de un escritor (1929)




En nuestro tiempo el escritor, como expresión más pura del hombre espiritual, se encuentra empujado por el mundo de las máquinas y el mundo del ajetreo intelectual a un espacio sin aire, condenado a la asfixia. Porque el escritor es precisamente el representante y defensor de esas fuerzas y necesidades del hombre a las que nuestro tiempo ha declarado fanáticamente la guerra.

Echarle la culpa a nuestro tiempo sería una necedad. Este tiempo no es mejor ni peor que otros. Es el cielo para el que puede compartir sus metas e ideales, y el infierno para el que tiene que luchar contra ellos. Es decir, que para nosotros los escritores, es un infierno. Si el escritor quiere ser fiel a su origen y a su vocación, no debe sumarse ni al mundo triunfalista del dominio sobre la vida a través de la industria y la organización, ni al mundo de espiritualidad racionalizada que impera hoy en nuestras universidades. Y como la única misión del escritor es ser siervo, defensor y caballero del alma, en el momento actual se ve condenado a una soledad y a un sufrimiento que no todo el mundo es capaz de soportar. Europa tiene actualmente muy pocos escritores y todos ellos tienen algo trágico, incluso quijotesco. En cambio, abundan esos "escritores" que el lector burgués ama y que con talento y buen gusto glorifican siempre los ideales y las metas que figuran en el programa del burgués: hoy la guerra, mañana el pacifismo, etc.

Sin embargo, muchos de los que pueden llamarse realmente "escritores" perecen en silencio en el vacío de este infierno. Otros asumen el infortunio, lo aceptan, se someten al destino y no se rebelan contra él cuando ven que la corona que otros tiempos reservaban al escritor se ha convertido en corona de espinas. Mi amor está con esos escritores, los admiro y amo, quiero ser su hermano. Sufrimos – pero no para protestar y denostar. Nos ahogamos en el aire irrespirable del mundo de las máquinas y de la miseria bárbara que nos rodea, pero no nos aislamos del conjunto, aceptamos la asfixia y el sufrimiento, como nuestra parte en el destino del mundo, como nuestra misión, como nuestra prueba. No creemos en ningún ideal de este tiempo, ni en el de los generales, ni en el de los bolcheviques, ni en el de los profesores, ni en el de los fabricantes. Pero creemos que el ser humano es inmortal y que su imagen puede recuperarse de cualquier deformación, que puede resurgir purificada de cualquier infierno. No pretendemos explicar nuestro tiempo ni mejorarlo, ni adoctrinarlo; tratamos de abrirlo una y otra vez al mundo de las imágenes y del alma, descubriendo nuestra propia miseria y nuestros sueños. Los sueños son a veces terribles pesadillas, las imágenes son a veces visiones espantosas – no debemos embellecerlas, ni taparlas con mentiras. Eso ya lo hacen los "escritores" amenos de los burgueses. No ocultamos que el alma de la humanidad está en peligro y cerca del abismo. Pero tampoco debemos ocultar que creemos en su inmortalidad.

Cómo rechazar un premio Nóbel.- Jean-Paul Sartre




Jean-Paul Sartre fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, en 1964, pero lo rechazó explicando en una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones

 “Esta actitud es basada en mi concepción del trabajo del escritor. Un escritor que sostiene posiciones políticas , sociales o literarias solamente debe actuar con los medios que le son propios, esto es, con la palabra escrita. Todas las distinciones que pueda recibir expone sus lectores a una presión que no considero deseable. No es lo mismo que yo firme Jean-Paul Sartre, Premio Nobel en vez de solamente Jean-Paul Sartre.” (Carta  a la Academía Sueca)

"¿Por qué rechacé ese premio? Porque estimo que desde hace cierto tiempo tiene un color político.

Si hubiera aceptado el Nobel - y aunque hubiera hecho un discurso insolente en Estocolmo, lo que hubiera sido absurdo - habría sido recuperado. Si hubiera sido miembro de un partido, del partido comunista, por ejemplo, la situación hubiera sido diferente. Indirectamente hubiera sido a mi partido que el premio habría sido discernido; es a él, en todo caso, que hubiera podido servir. Pero cuando se trata de un hombre aislado, aunque tenga opiniones "extremistas" se lo recupera necesariamente de un cierto modo, coronándolo. Es una manera de decir: "Finalmente es de los nuestros". Yo no podía aceptar eso.

La mayoría de los diarios me han atribuido razones personales: estaría herido porque Camus lo había obtenido antes que yo...tendría miedo que Simone de Beauvoir se sintiera celosa, a lo mejor era un alma bella que rechazaba todos los honores por orgullo. Tengo una respuesta muy simple: si tuviéramos un gobierno de Frente Popular y que me hubiera hecho el honor de discernirme un premio, lo habría aceptado con placer. No pienso para nada que los escritores deban ser caballeros solitarios, por el contrario. Pero no deben meterse en un avispero.

Lo que más me ha molestado en este asunto son las cartas de los pobres. Los pobres para mí son las personas que no tienen dinero pero que están suficientemente mistificadas para aceptar el mundo tal cual es. Esa gente forma legión. Me han escrito cartas dolorosas: "Deme a mí el dinero que rechaza".

En el fondo lo que escandaliza es que ese dinero no haya sido gastado. Cuando Mauriac escribe en su agenda: "Yo lo hubiera usado para arreglar mi cuarto de baño y el cerco de mi parque", es un maligno: sabe que no provocará ningún escándalo. Si hubiera distribuido ese dinero habría chocado más a la gente. Rechazarlo es inadmisible. Un norteamericano ha escrito: "Si me dan 100 dólares y los rechazo, no soy un hombre". Y además está la idea de que un escritor no merece ese dinero. El escritor es un personaje sospechoso. No trabaja, gana dinero y puede ser recibido, si lo quiere, por un rey de Suecia. Eso ya es escandaloso. Si además rechaza el dinero que no ha merecido, es el colmo. Se considera natural que un banquero tenga dinero y no lo dé. Pero que un escritor pueda rechazarlo, eso no pasa.

Todo esto es el mundo del dinero y las relaciones con el dinero son siempre falsas. Rechazo 26 millones y me lo reprochan, pero al mismo tiempo me explican que mis libros se venderán más porque la gente va a decirse: "¿Quién es este atropellado que escupe sobre semejante suma?". Mi gesto va pues a reportarme dinero. Es absurdo pero no puedo hacer nada. La paradoja es que rechazando el premio no he hecho nada. Aceptándolo hubiera hecho algo, que me habría dejado recuperar por el sistema".

Poesía


CARMEN RUBIO LÓPEZ (España)
(II) - De "El tiempo detenido"

Volví a vestirme ayer con mi gala de novia.
Me puse el brazalete con broche de promesa,
las sandalias sin ruido,
...
aquellas que solía para alargarte el sueño.
Hice que me trajeran los frutos que prefieres,
el vino más audaz.

Hoy he escuchado voces en el patio,
voces a medio abrir, voces que dicen
que el mal de soledades enturbia mi razón,
que como sombra voy,
que yo ya no soy yo, que debería
prestar más atención a otros cuidados.

Y digo, si mi orgullo,
si el honor de mi estirpe,
puede aliviar la herida,
si esta fiebre se cura con tisanas,
si tengo autoridad sobre la sangre
que borbolla en mi pecho,
donde vives al par que me abandonas,
si pueden mis oídos
oír otras palabras que las tuyas,
si mirada es libre de mirar
lo que no te contiene.

Nadie sabe del duelo que, en la noche,
reparte la vigilia entre mis manos.
Trazado está mi rumbo.
Ahora debo aprender a caminar de espaldas,
tejiendo y destejiendo al hilo de la espera.

Nuestra amiga Carmen Rubio López nos ofrece este poema suyo perteneciente a su poemario "El tiempo detenido" (basado en el mito de Penélope) Premio "Juan Alcaide" en Valdepeñas (C. Real). Gracias Carmen!

La fotografía que acompaña el texto es de Jacques Henry Lartigue y la modelo es su musa, su Penélope, Renee Perle.