domingo, 18 de noviembre de 2012

Salvador Dalí y las hormigas




Las hormigas  aparecen como un tema recurrente o repetido en la obra de Dalí. Si nos fijamos bien, pueden observarse pequeños grupos de ellas en bastantes de las obras del pintor ampurdanés. Sobre las múltiples interpretaciones que en la obra de Dalí se han dado a las hormigas, hay para todos los gustos: aparecen en motivos vinculados con la muerte y la corrupción, con el paso del tiempo y el erotismo. También como elemento totémico y esotérico, o sencillamente de manera naturalista. Sin olvidar, por supuesto, las ocasiones en que parece predominar un sentido lúdico, provocador y desconcertante tan peculiar a las situaciones surrealistas.

Hay entendidos que dicen que representan el remordimiento, otros las asemejan  la podredumbre o la decadencia e incluso hay alguno que asegura que el mismo pintor le refirió en alguna ocasión “que no significaban absolutamente nada”.

En su autobiografía Vida secreta de Salvador Dalí (1942) narra vivamente el impacto que le produjo de niño descubrir que el murciélago que guardaba en un bote estaba siendo devorado por las hormigas. O el estremecimiento que le supuso la visión de un erizo muerto lleno de gusanos y hormigas.
Estas impresiones infantiles debieron dejar honda huella en la psicología del artista. Años después, en un encuentro juvenil con el cineasta Luis Buñuel, Dalí le contó que había soñado la noche anterior con unas hormigas que cubrían una mano. Buñuel le narró a su vez su sueño de una nube cortando la luna y de una navaja hendiendo un ojo. De ambos sueños nació aquel día un proyecto conjunto que culminaría en uno de los iconos fílmicos del surrealismo: el cortometraje El perro andaluz (1929). Las hormigas para la famosa escena de la mano fueron requeridas por Buñuel, desde París, al Museo de Ciencias Naturales de Madrid, centro donde había trabajado varios meses bajo la dirección del gran entomólogo Ignacio Bolivar. El encargo lo llevó a cabo el entonces joven biólogo Carlos Velo, que recogió una colonia de Formica del grupo rufa en la Sierra de Guadarrama, y lo empaquetó para su envio a Francia. Velo terminó siendo, ya en el exilio mexicano, uno de los mayores cineastas hispanos del siglo XX.

1929 fue también el año en que Dalí se adscribió oficialmente al grupo surrealista de André Breton, y en el que conoció a Gala, su futura musa y esposa. Y fue, cómo no, el año en que comenzó a pintar hormigas en sus cuadros… No dejó de hacerlo en los 50 años siguientes, al menos hasta 1978, con mayor intensidad en las dos primeras décadas, y disminuyendo considerablemente tras la II Guerra Mundial y su regreso a Europa en 1948 desde EEUU, donde residió ocho años

Dalí pinta a las hormigas de forma realista, con clara intención de detalle. El efecto naturalista es realzado mediante un juego de luces sobre el cuerpo y sombras sobre el sustrato que da volumen a la hormiga. El resultado final es espléndido. La única excepción a los dibujos naturalistas de hormigas es, precisamente, una obra alegórica en la que representa mujeres metamorfoseadas en estos insectos.

Imagen: Salvador Dalí,  1936.- Rostro de hormigas

Cartas de Friedrich Nietzsche sobre Wagner




9 de noviembre,1868 en Leipzig, a Erwin Rhode:

[...] Me presentan a Richard y le digo algunas palabras de veneración; se interesa por saber con mucha exactitud cómo he conocido su música, dice cosas terribles contra todas las reperesentaciones de sus obras, excepción hecha de aquellas famosas de Munich, se mofa de los directores que dicn con blandura a la orquesta: Señores, ahora se hace apasionato, queridos, ahora un poquitín más apasinonadamente. Wagner se divierte en imitar el dialecto de Leipzig.

Ahora te contaré con brevedad lo que nos trajo consigo aquella velada: goces de un género tan específicamente excitantes que todavía hoy no he alcanzado a recobrarme... Antes y después de la comida, Wagner ejecutó todas las partes importantes de los Maestros Cantores, imitando todas las voces y haciendo todo con gran naturalidad. Es un hombre extraordinariamente vivaz y fogoso, que habla muy rápidamente, es muy ingenioso y en compañía tan intima se torna sumamente alegre. Tuve después con él un largo coloquio sobre Schopenhauer: comprenderás que placer fue para mí oírle hablar de él con un calor absolutamente indescriptible: qué le debía, por qué era el único filósofo que había comprendido la esencia de la música; se interesó después sobre la actitud de los profesores en relación con él, y se rió mucho del congreso de filosofía de Praga, y habló de los siervos filosóficos. Leyó luego un episodio muy divertido de su vida de estudiante en Leipzig, en el que todavía hoy no puedo pensar sin reírme; entre otras cosas, escribe con extraordinaria soltura e ingenio. Al fin, cuando estábamos por retirarnos, me estrechó con calor la mano y me invitó muy amigablemente a visitarle para hacer música y filosofía....



1873, 18 de abril, a Richar Wagner:

Respetado maestro: continuamente me asalta el recuerdo de los días de Bayreuth, y las numerosas enseñanzas y experiencias vividas en tan corto espacio de tiempo me abruman cada vez más. Comprendo perfectamente que no se mostrará muy satisfecho con mi estancia, pero esto ya no tiene remedio. Reconozco que yo me doy cuenta de las cosas demasiado tarde; ahora recordando el pasado, surgen sensaciones y pensamientos nuevos que deseo grabar a fuego en mi memoria. Sé muy bien, queridísimo maestro, que una visita como la mía no debe de resultarle muy agradable que digamos, e incluso sería insoportable en algunos momentos. Con frecuencia me decía a mí mismo que era libre e independiente, al menos en apariencia, pero en vano. En fin, le ruego me considere uno de sus discípulos que espera con la pluma en la mano y el cuaderno ante sí... He de reconocerlo: cada día que pasa aumenta mi melancolía al darme perfecta cuenta de cuánto me agradaría ayudarle de alguna manera, poder serle útil en algo, pero soy completamente incapaz de ello, y si ni siquiera puedo aportar mi granito de arena para que usted se distraiga y alegre.


1884, 2 de abril, a Franz Overbeck:

La maldita manía antisemita estropea todas mis cuentas sobre independencia pecuniaria, discípulos, nuevas amistades, prestigio; ella nos enemistó a R. Wagner y a mí, ella es la causa de la ruptura radical entre mi hermana y yo, etc., etc.,... He sabido aquí cuánto se me reprocha en Viena un editor como el que tengo.

Ha fallecido Miliki, uno de nuestros payasos

Fofó, Gaby, Miliki y abajo Fofito

Todos recordamos aquellas coletillas de los payasos: "se me lengua la traba", "el mar, idiota, el mar" o el característico "nianonianoooo", pero si hoy nos preguntaran desde el televisor, el consabido "¿Cómo están ustedes?" sin duda tendríamos que contestar que tristes por la muerte de Miliki, uno de aquellos fantásticos payasos que hicieron las delicias de los que como yo eran unos niños durante sus años de éxito televisivo. Sus parodias, gracietas y canciones junto a Gaby, el gran Fofó y los posteriores Fofito (arriba los vemos juntos en la foto) o Milikito cubrieron de risas no pocas tardes, además de descubrirnos el mundo del circo y toda su magia a través de las actuaciones invitadas al programa. En 2006, Miliki recibió el Premio "El Chupete" al personaje con una mejor influencia en los niños por su larga trayectoria profesional.
 
Miliki se llamaba en realidad Emilio Aragón Bermúdez y había nacido en 1929 en la localidad sevillana de Carmona. Era descendiente de una gran familia de payasos, su padre era Emilio Aragón Foureaux, conocido como Emig y era sobrino de los inmensos Pompoff y Thedy. Muy joven se unió a sus hermanos Gabriel (Gaby) y Alfonso (Fofó) para formar el trío Gaby, Fofó y Miliki que comenzaron su andadura en los años treinta y se mantuvieron varias temporadas en el "Circo Price" de Madrid. Su madre fue la bailarina acróbata sobre caballo Rocío Bermúdez y también tuvo una hermana menor, Rocío, bailarina de flamenco. Y como continuación artística de la saga tuvo a Milikito, Emilio Aragón Álvarez, el famoso actor, humorista, músico, director de cine, compositor, payaso y empresario audiovisual al que más alla de otros exitos siempre lo recordamos siguiendo el final de aquella interminable linea.

Tras una estancia en Cuba, Venezuela y Argentina, regresó a España en 1972 y a partir del año siguiente comenzó a trabajar en el programa "El gran circo de TVE", que convirtió a los integrantes del grupo (que pasaron a conocerse como "Los payasos de la tele") en un auténtico fenómeno sociológico en España. El programa fue retirado en 1983 lo que supondría poco tiempo después la separación profesional de Los Payasos,  tras lo cual Miliki se dedicó al mundo de la producción discográfica (lanza al grupo "Monano y su Banda"), y forma un tándem artístico con su hija Rita Irasema, junto a la cual grabó varios discos.

Como persona inquieta que era, se atrevía con todo y en 1987 fue director de una película del Duo Sacapuntas: "Yo quiero ser torero", y al año siguiente se sumerge en el género de la literatura infantil, publicando "La familia de los coches".

Con la llegada de las televisiones privadas a España, volvió a ponerse delante de una cámara para conducir espacios infantiles, con su hija Rita. Ambos presentaron los programas "La Merienda" (1990-1991), "La Guardería" (1990-1991) los dos en Antena 3 y "Superguay" (1991-1993) en Telecinco. En 1993 recuperan en Televisión Española "El gran circo de TVE" que duró hasta 1995.

Tras editar sus Memorias en 1996, Miliki y Rita crearon el espectáculo "El circo del arte", con éxito en toda España. En los años siguientes se dedicaría tanto a la producción discográfica (lanzando el Grupo Trilocos), como a continuar su carrera como cantante infantil. Todavía en 2008 publicaría el libro "La providencia" bajo el seudónimo Emilio A. Foureaux (que es el nombre de su padre, ocultando el primer apellido). El libro, orientado a un público adulto, cuenta la historia de Martín, un militante de la guerrilla en la revolución cubana que tiene que huir de una caza orquestada por Fidel Castro en Nueva York.

Espero que allá donde esté siga tocando la acordeón, cantando y repartiendo sonrisas. Yo de momento me voy a poner ese discazo suyo que es "A mis niños de 30 años"..... que ya son alguno más.
 
Una de las canciones donde toma protagonismo Miliki, "Chinita de amol" con Fofiito
 
Una de aquellas paradias que entonces tanto nos gustaban "La tabla del nueve".  Ya llovió....
 

La famosa entrada del "¿Cómo están ustedes?" y un popurri de sus canciones


La gallina turuleca

Párrafos de "Mortal y rosa" de Francisco Umbral



Francisco Umbral (1932-2007) en realidad se llamaba Francisco Pérez Martínez y era un escritor realmente controvertido, que no a todos lograba convencer con sus obras. Mostraba su más afilado ingenio en sus columnas periodiscticas que podían condensar en pocas lineas más aciertos e ideas que no pocos libros. Pero entre su obra literaria hay una que sobresale claramente y esa es "Mortal y rosa", una obra dedicada a la perdida de su hijo que rezuma amor, poesia y delicadeza en cada una de sus páginas. Os dejo unos párrafos de la misma:

"Sólo encontré una verdad en la vida, hijo, y eras tú. Sólo encontré una verdad en la vida y la he perdido. Vivo de llorarte en la noche con lágrimas que queman la oscuridad. Soldadito rubio que mandaba en el mundo, te perdí para siempre. Tus ojos cuajaban el azul del cielo. Tu pelo doraba la calidad del día. Lo que queda después de ti, hijo, es un universo fluctuante, sin consistencia, como dicen que es Júpiter, una vaguedad nauseabunda de veranos e inviernos, una promiscuidad de sol y sexo, de tiempo y muerte, a través de todo lo cual vago solamente porque desconozco el gesto que hay que hacer para morirse. Si no, haría ese gesto y nada más."

 "Qué estúpida la plenitud del día. ¿A quién engaña este cielo azul, este mediodía con risas? ¿Para quién se ha urdido esta inmensa mentira de meses soleados y campos verdes? ¿Por qué este vano rodeo de la muerte por las costas de la primavera? El sol es sórdido y el día resplandece de puro inútil, alumbra de puro vacío, y en el cabeceo del mundo bajo un viento banal sólo veo la obcecación vegetal de la vida, su torpeza de planta ciega. El universo se rige siempre por la persistencia, nunca por la inteligencia. No tiene otra ley que la persistencia. Sólo el tedio mueve las nubes en el cielo y las olas en el mar"

  "Es el paisaje quien viaja. Un pescador, una mujer por un camino, un niño en el barro. Toda una vida vista en un momento. Los montes pasan como música, los bosques cantan como orfeones, los cielos viajan como rías. Pero si nos paramos, si echo pie a tierra, el mundo es inmenso, quieto, solemne. Pasamos de un tiempo a otro tiempo. La eternidad se hace lentísima. Ya no hay música ni coros ni viaje. Sólo la perpetuidad oscura de un cielo devorado por los altos bosques y las crudas montañas. Ahora ya no soy el señor fugaz de vidas y haciendas, sino que desaparezco: soy la mirada ciudadana y cansada que no puede coger en su red débil el pez inmenso y coleteante del mundo."