domingo, 23 de junio de 2013

El Ángelus de Millet (y la interpretación "paranoica-crítica" de Dalí)



Esta pintura de Millet muestra una pareja de campesinos que, al parecer, está rezando a la hora del Ángelus. La luz crepuscular baña toda la composición y proporciona cierta atmósfera de misterio a la pintura. Es indiscutible que los protagonistas son el hombre y la mujer que han detenido su actividad en el campo y se han puesto a orar.


La escena, desde luego, no es demasiado habitual y quizá por ello Salvador Dalí creyó que la pintura poseía un significado oculto que él creyó desvelar gracias a la invención y desarrollo del llamado "método paranoico-crítico". Curiosamente una reproducción del cuadro de Millet colgaba en el pasillo de la escuela de Figueres a la que Dalí asistió de niño. Siendo joven aquella magnífica obra de arte se convirtió en el objeto fundamental del desarrollo de su método  apareciendo a lo largo de su producción artística en la década de 1930 e incluso siendo adulto, en los años ‘60. Cuentan que cuando el pintor catalán veía ‘El Ángelus’ se sentía invadido por una sensación extraña al punto de obsesionarse con el cuadro. Afirmaba ver más cosas en la composición. Luego, por conversaciones que mantuvo con un amigo de Millet, supo que el artista francés tapó el ataúd de un niño porque había caído en la cuenta que no sería del gusto de las nuevas modas parisinas.

La obsesión por esta obra se manifestó en 1932, cuando la imagen lo sorprendió según sus propias palabras “sin ningún recuerdo próximo ni asociación consciente que permitan una explicación inmediata”
Dalí relacionaba esa ‘aparición’ con el hecho que el cuadro hubiera sido salvajemente atacado y acuchillado por un demente el 12 de agosto de 1932. El agresor, que fue entrevistado por el psiquiatra Jacques Lacan, había dudado entre dañar la ‘Mona Lisa’, de Leonardo da Vinci; el ‘Embarque para Citerea’, de Antoine Watteau o la pintura de Millet.

El pintor catalán dijo entonces que “Esa imagen constituye una representación visual muy nítida y en colores. Es casi instantánea y no da lugar a otras imágenes. Yo siento una gran impresión, un gran trastorno porque, aunque en mi visión de la mencionada imagen todo “corresponde” con exactitud a las reproducciones que conozco del cuadro, ésta se me “aparece” absolutamente modificada y cargada de tal intencionalidad latente que ‘El Ángelus’ de Millet se convierte “de súbito” para mí en la obra pictórica más turbadora, la más enigmática, la más densa, la más rica en pensamientos inconscientes que jamás ha existido”.
Dalí consideraba que el lienzo de Millet era el equivalente pictórico del famoso símil de Lautréamont: la tierra arada corresponde a la mesa de operaciones, la horquilla clavada en tierra, al bisturí, y el hombre y la mujer al paraguas y a la máquina de coser (ambos símbolos surrealistas). Esto le permitía exclamar: “‘El Ángelus’ de Millet, hermoso, como el encuentro fortuito, en una mesa de disección, de una máquina de coser y un paraguas”.

s opinión de algunos estudiosos del psicoanálisis que ‘El Ángelus’ de Millet para Dalí está relacionado con el mito de los padres que devoran a sus propios hijos: Saturno, Abraham, Javeh (al entregar a Jesucristo) y Guillermo Tell. Algunos de estos mitos los había utilizado para referirse a la difícil relación con su padre y con su hermano muerto. Según esta disquisición, Dalí efectuó una lectura a través de un proceso de interpretación paranoico-crítica provocada por fantasías, visiones y numerosos encuentros (apariciones) de la imagen de Millet en la cultura popular.

Para el artista plástico catalán, el cuadro de Millet oculta un significado que se relaciona con la castración y la muerte. Utilizando teorías freudianas, Dalí interpreta la menor dimensión de la figura masculina de la obra como una prueba de la agresión femenina. Compara la figura de la campesina con la hembra de la mantis religiosa (insecto conocido también como «santateresa»), que devora al macho después de la cópula. La carretilla es interpretada como una imagen de sumisión sexual, y el cesto que está en el suelo entre los dos campesinos que rezan, como una alusión al sarcófago del hijo muerto.
Este método fue acogido con gran entusiasmo  por parte de los miembros del grupo surrealista en París y especialmente por su ideólogo, André Breton. El significado de la obra, según Dalí, se relaciona con el contenido sexual de la misma.
Ante la insistencia del pintor surrealista, el Museo del Louvre (que es donde se encontraba por entonces la obra, antes de ser trasladada al Museo D'Orsay, su actual residencia) decidió hacer una radiografía del cuadro y pudo comprobarse que debajo de la cesta había una mancha cuadrangular negra, que pudo haber correspondido a un pequeño ataúd con el cuerpo sin vida del hijo de los campesinos. Dalí lo consideró una prueba de su teoría. Para su interpretación se basó en el ensayo Da Vinci y ‘Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci’ de Sigmund Freud. Es decir, sin detenerse en los detalles biográficos de Millet, exploró sólo su carácter simbólico.

El cuadro, según Dalí, explicaba también su propia sexualidad. Como parte del proceso de interpretación de esa obra, narró un sueño en el curso del cual visitaba con Gala el Museo de Historia Natural de Madrid. En el centro de la Sala de Entomología vio una gran escultura que, según él, representaba las dos figuras del cuadro de Millet. A la salida, Dalí sodomizó a Gala “de una manera rápida y en extremo salvaje, rabiosa. Los dos nos deslizábamos en un baño de sudor, al término asfixiante de aquel crepúsculo de verano ardiente en el que ensordecía el canto frenético de los insectos”.  También aclaró que, cuando era adolescente, sentía un gran terror hacia el acto amoroso y que fue la aparición de las figuras del Ángelus de Millet en el sueño las que hicieron despertar en él y en Gala sus instintos: “siempre había pensado que el destino del macho de la mantis ilustraba mi propio caso frente al amor”.

Otro detalle significativo es que en algunos trabajos de Salvador Dalí se observa una aguja que se yergue de la figura femenina y que podría ser la aguja de una máquina de coser. La figura masculina, en cambio, se la imagina Dalí sumergida en leche tibia y es, según manifestó “la imagen del hombre engullido, ahogado, muerto en el elemento materno, dentro de la tibieza materna, y esa tibieza corresponde al aspecto deseable que nos revela el erotismo originario y temido”. Dalí se identifica así con la figura masculina de El ángelus, expuesta a la aniquilación, a ser devorada por la madre.
Otro detalle de la particular interpretación de Dalí sería  la carretilla que está detrás de la mujer y que aparece cargada de sacos; según el pintor aludiría al movimiento de tracción inherente al acto sexual....


Una de las versiones  dalinianas del cuadro de Millet.

3 comentarios:

  1. Mi impresión al momento de ver la obra no tuvo la misma interpretación que Dalí hiciera, lo que me pareció fue la escena de un momento posterior a una discusión, la pena del acercamiento por la reconciliación si es que había algo oculto, ¿en verdad siempre lo hay? Sin embargo los colores si me daban una sensación funesta y me asombró el saber de la misteriosa mancha cuadrangular.

    En cuanto a la versión de Dalí que colocaste me parece que es monumental.

    También te comento que tu blog está bien nutrido me agradó leer el post de principio a final.

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  2. http://alejandrocasales.com/teoria/teoria/daliangelusdemillet.pdf

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  3. https://www.facebook.com/noemipilar.molinero/posts/1003899563002989?pnref=story

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