viernes, 12 de abril de 2013

"O sole mio": De Napoles a Venecia



"O sole mio" es sin duda la banda sonora ideal para un paseo en góndola por Venecia o para canturrear en la ducha. Esta famosísima canción napolitana data de 1898 y tiene letra de Giovanni Capurro y música de Eduardo di Capua. Fue escrita originalmente en napolitano y posteriormente traducida a todos los idiomas imaginables, siendo pieza indispensable en el repertorio de cualquier cantante lírico que se precie, destacando entre estos las interpretaciones de Caruso, Mario Lanza o Luciano Pavarotti al que escucharemos interpretarla en los videos. Como canción napolitana que es, alejada de los oropeles de los grandes teatros líricos toma una belleza distinta y no menor, como se puede apreciar en la maravillosa voz de Claudio Villa al que podremos disfrutar en el segundo de los videos. Incluso algún cantante como Elvis Presley hizo con éxito su propia versión, y utilizó la melodía en el conocido "It's now or never". Vamos a la letra traducida (aproximadamente):

Qué cosa más hermosa un día soleado,
el aire frío después de la tormenta,
la fresca brisa hace desaparece el aire pesado,
que cosa más hermosa un día soleado.

Pero otro sol,
aún más brillante
es mi propio sol,
que es tu cara,
el sol, mi propio sol
es tu cara (está frente a ti)
es tu cara.

Brillan los cristales de tu ventana,
una lavandera canta y tiende...
mientras tuerce, estira y canta.
brillan los cristales de tu ventana!

Pero otro sol,
aún más brillante
es mi propio sol,
que es tu cara,
el sol, mi propio sol
es tu cara,
es tu cara.

Cuando llega la noche y empieza el atardecer
Me invade la melancolía...
Yo me quedaría bajo tu ventana,
cuando llega la noche y el sol se ha ido.

Pero otro sol,
aún más brillante,
es mi propio sol,
que es tu cara,
el sol, mi propio sol
es tu cara,
es tu cara.

 

 Por Pavarotti
 
 
La versión popular a cargo de Claudio Villa
 

La versión de Elvis Presley (solo melodía) It's now or never

Fragmento de "Drácula" - Bram Stoker



«Teníamos la impresión de estar viviendo una pesadilla llamada Lucy. Los dientes puntiagudos, los labios voluptuosos, manchados de sangre. Todo ello era suficiente para producir escalofríos de terror, y su c...uerpo sensual, visiblemente carente de alma, era como una burla diabólica de lo que fuera en vida el cuerpo de Lucy.

Metódicamente, según su costumbre, Van Helsing retiró de su cartera diversos instrumentos, dejándolos a mano. Primero, sacó un soldador y un poco de soldadura; después, una lámpara de aceite que, una vez encendida, desprendió un gas azulado que daba mucho calor; luego, los instrumentos que debía servir para la operación, y finalmente una estaca de madera cilíndrica, de unos diez centímetros de diámetro y un metro de longitud. Puso al fuego la punta de la estaca, y después la afiló agudamente. Por fin sacó de la cartera un martillo de grandes dimensiones.»

(…) «Van Helsing abrió el libro de rezos y empezó a leer; Quincey y yo contestábamos lo mejor posible. Arthur colocó la punta de la estaca sobre el corazón de Lucy, y observé que empezaba a hundirla ligeramente en la blanca carne. Después, golpeó con el martillo con toda su fuerza.

El cadáver, dentro del ataúd, tembló, se retorció en pavorosas convulsiones, y un chillido de rabia, que heló nuestros corazones, se escapó de su boca; los afilados dientes se clavaron en los labios, y se cubrieron de una espuma escarlata. Arthur no perdió el coraje. Semejante al dios Thor, su brazo se alzaba y se abatía con firmeza, hundiendo cada vez más la misericordiosa estaca, mientras saltaba la sangre, esparciéndose por doquier. En su rostro se veía retratada la resolución, como si estuviese seguro de ejecutar un deber sagrado, y ante aquello, nuestras voces también se elevaron con más firmeza y voluntad.

Poco a poco, el cuerpo cesó de temblar, las contorsiones disminuyeron, mas los dientes continuaron clavados en los labios, y los rasgos del rostro siguieron estremeciéndose. Finalmente, el cadáver quedó completamente inmóvil. La terrible tarea había terminado.»


Drácula es una novela publicada en 1897 por el irlandés Bram Stoker, que ha convertido a su protagonista en el vampiro más famoso. Se dice que el escritor se basó en las conversaciones que mantuvo con un erudito húngaro llamado Arminius Vámbéry, y que éste fue quién le habló de Vlad Draculea. La novela, escrita de manera epistolar, presenta otros temas, como el papel de la mujer en la época victoriana, la sexualidad, la inmigración, el colonialismo o el folklore. Como curiosidad, cabe destacar que Bram Stoker no inventó la leyenda vampírica, pero la influencia de la novela ha logrado llegar al teatro, el cine y la televisión.

Desde su publicación en 1897, la novela nunca ha dejado de estar en circulación, y se suceden nuevas ediciones. Sin embargo, hasta 1983 no abandonó el terreno marginal de la literatura sensacionalista para incorporarse a los clásicos de la Universidad de Oxford.

El fotograma esta tomado de la película de Francis Ford Coppola "Dracula de Bram Stoker"